Una de las explicaciones a los comportamientos arriesgados de muchos adolescentes (y no tan adolescentes), como por ejemplo el conducir una moto a gran velocidad, es la fase de desarrollo en la que está su cerebro. Específicamente la zona del lóbulo prefrontal. Hasta más allá de los 20 años, no suele consolidarse, y esa falta de desarrollo correlaciona con la incapacidad de anticipar las consecuencias de los actos. Así que, para muchos de estos jóvenes arriesgados, sencillamente se trata de un cálculo que no son capaces de hacer correctamente. Por otro lado sospecho que si te lanzas a 220km/h y cualquier error puede suponerte la muerte, tu foco de atención tiene que estar, en cierta medida por lo menos, comprometido con el presente más inmediato, y eso evita que pienses en la mediocridad del resto de tu vida. El miedo lo generamos nosotros, es nuestro, somos nosotros. En un intento por evadirnos podemos escapamos de nuestro entorno, pero seguimos siendo nuestro miedo. vC
No preocupa saber de qué huyen, me preocupa mas que me arrastren en su intento por huir.
ResponderEliminarUna de las explicaciones a los comportamientos arriesgados de muchos adolescentes (y no tan adolescentes), como por ejemplo el conducir una moto a gran velocidad, es la fase de desarrollo en la que está su cerebro. Específicamente la zona del lóbulo prefrontal. Hasta más allá de los 20 años, no suele consolidarse, y esa falta de desarrollo correlaciona con la incapacidad de anticipar las consecuencias de los actos. Así que, para muchos de estos jóvenes arriesgados, sencillamente se trata de un cálculo que no son capaces de hacer correctamente.
ResponderEliminarPor otro lado sospecho que si te lanzas a 220km/h y cualquier error puede suponerte la muerte, tu foco de atención tiene que estar, en cierta medida por lo menos, comprometido con el presente más inmediato, y eso evita que pienses en la mediocridad del resto de tu vida.
El miedo lo generamos nosotros, es nuestro, somos nosotros. En un intento por evadirnos podemos escapamos de nuestro entorno, pero seguimos siendo nuestro miedo.
vC